No me busques
cuando quieras,
esperé demasiado
una respuesta.
Tardes completas
con sus noches
de vacuas lunas,
horas eternas.
Tiempos mejores
de ilusiones pasajeras
quedan en recuerdos
que a nadie interesa.
No me nombres
porque soy ausencia,
la leve linea de cordura
que aún me resta.
El rencor oscuro
que palabras violenta,
rompe calendarios
y todas esas promesas.
No me busques,
al menos en esta vida,
quizás en la cima
de la indiferencia.
En esa chispa
que siempre queda
de un amor perdido
que se quiebra.
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