Muchas cosas leo
las razono y veo
que no tiene medida
la estúpida maldad
que poseemos.
Tiramos frases hechas
convencidos de su certeza
cuando lo que en claro se deja
es nuestra propia ignorancia
alimentada de soberbia.
Sabemos todo de todo,
el universo es una puerta
de la cual tenemos la llave
solamente nosotros solos
y los demás quedan afuera.
Somos dioses mediocres
reflejados en la cueva
de nuestra miserable idea
de lo que es verdad toda,
somos jueces y sentencia.
Unos simios parlantes
con la tecnología a cuestas,
elevamos nuestras voces
sin medir consecuencias,
atacar es la respuesta.
Así andamos por la vida
escupiendo a la deriva
en la pobre cara misma
de quien vea las cosas
de otra terrible manera.
Lo que hoy nos importa
es una moda perversa
de serializar mentes
cuales inútiles hormigas
que nadie tiene en cuenta.
Mañana acaso todo cambie
o al menos eso lo determinen
quienes nos mantienen
ocupados en las escenas
de una historia siniestra.
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