Soy la rutina
de esta vida errada,
la vacía palabra
que no dice nada.
La sombra que admira
unas luces muy lejanas,
estrellas desconocidas
de una dimensión rara.
Soy el sueño truncado,
la ilusión quebrada,
la mano bien cerrada
en plan de batalla.
El tiempo golpea
con sus horas amargas,
hechas de agujas filosas
que matan esperanzas.
Me voy poniendo viejo,
lo noto cada mañana,
al verme en el espejo
de mi vacía mirada.
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