La absurda metáfora
que propone el calendario
no es algo jamás necesario
sin nada en las manos.
Sin acaso vida alguna
que en la memoria llevamos
caemos una e infinitas veces
en nefastos estados de ánimo.
Pateamos el tablero
de lo que cultura llamanos
convencidos de la revolución,
nuestro cambio necesario.
Así acaso le damos
al tiempo perdido el rasgo
de una lucha sin cuarteles
donde somos héroes magnos.
Aunque todo es la ilusa
creación que nos armamos
para justificar los errores,
todo lo que negamos.
Todo lo que no vemos,
todo eso que dejamos
oculto en lo profundo
de nuestro pasado.
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