Camino,
sin rumbo fijo,
donde den los pasos
es mi destino.
Callado siempre
pues contemplo
abstraído de todo,
todo lo miro.
Guardo notas
en mis pensamientos
pues en algún tiempo
algo dejaré escrito.
Sin imagen alguna
más que el lenguaje
con sus vericuetos
de raros sentidos.
Será el paisaje
las mismas palabras,
lo que lea quien caiga
en su semiótica magia.
En un libro perdido
quedaran mis vivencias,
sentidos y armonías
de sutiles cadencias.
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