Te olvido siempre
en cada ocaso,
en cada noche
de luna en lo alto.
En cada poema
que rompo en pedazos
para que nadie lo lea,
seas parte del pasado.
Pero es un fracaso
los intentos que hago
y amaneces plena
cada día que paso.
Cada nueva estrella
tiene de ti algo;
la brisa me acerca
tu aroma preciado.
Te llevo donde sea
que vayan mis pasos,
olvidarte es un ejercicio
de necedad y arrebato.
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