El día se abre
en partes iguales,
todo es lo mismo,
el tiempo ahora
se comparte.
Los espejos
son ventanas
a dimensiones reales;
los laberintos caminos
de pasos inefables.
La luna se repite
en cielos distantes,
en otros universos
paralelos e iguales
con sus variantes.
Por eso no temo
a lo que pueda faltarme;
en alguna parte de esas
siempre encuentro
el precioso instante.
El mágico destello
donde todo siempre nace,
mi propio espacio tiempo
para vivir sin desprecio
en días interminables.
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