Te espero lunes
con tu semana venidera,
no tengo miedo a la idea
de la rutina que amedrenta.
Pues eres apenas la secuela
de una rueda llamada tiempo
de la cual cuelgas y formas
un ilusorio comienzo.
Un número que es segundo
pues el domingo te gana
en eso de comenzar la escala
de siete días para ofrecernos.
Tu sol tiene esa extraña
luz de los lunes añejos,
de recuerdos y olvidos
de un finde perfecto.
Por eso no eres nada
más que la simple nostalgia
de un espacio donde la magia
parecía surtir algún efecto.
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