El final llega
siempre de alguna manera,
esperado o de sorpresa
cae tarde o temprano
en nuestra cabeza.
Nos asusta siempre
acabar la vida entera
hacía un camino de nada,
soledad y ausencia.
Olvido continuo
de nuestra existencia;
si en verdad hay un legado
se lo lleva la indiferencia.
Pero no es tan malo,
es algún tipo de respuesta
a la duda básica nuestra
que marca toda la existencia,
breve, simple y ajena.
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