Soy un pésimo espejo
del amor recibido.
Deformo la imagen
de todo lo vivido
en extrañas frases
sin ningún sentido.
Me quedo dormido
a mitad del camino
del naciente cariño
que cuidar no consigo.
Percibo apenas
borrosos bosquejos
de unos sentimientos
que no concibo.
Por eso me rompo
siempre en mil partes,
cortando las posibilidades
con el filo más frío.
El filo de la ironía
de vivir sin sentido.
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