Me queda tu sonrisa
de aquella noche tan linda,
tus pasos y las caricias
de tus manos, en mis manos frías.
Tus cabellos largos rozando
tus hombros como la suave brisa
que entraba por la ventana
elevando el aroma que tenías.
Hasta un cielo lleno de estrellas
y una luna que todavía brilla;
bajo esa luz te vi caminando
como flotando en la avenida.
Me dejé llevar despacio
por tus labios que mil palabras
en mi mente me decían, imagino
que me hablas de esas cosas
que nunca me dirías.
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