Pensé que volvías, soñaba.
Soñé que tu mirada era mía, esperaba.
Que tus manos serían las alas
de las gaviotas peregrinas de la dicha.
Pero soñando espero un sueño
que desde muy lejos remonta el vuelo.
Ave mágica que retorna cálida
como la primavera después del invierno.
Con sus flores, acaso sueño;
con mis sueños que son las flores
en los jardines de mi pensamiento.
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