Esparces tu aroma
en la brisa de las mañanas;
al salir el sol respiro
la paz de tu alma.
Tu sonrisa me ilumina
más que el sol de cada día,
sonrío también y pienso
que tengo todo lo que quería.
Que la dicha es cosa simple,
basta con mirarte simplemente
y dejarme llevar por la inocente
mirada de tus dulces pupilas.
Tomar tus manos con las mías,
acercarte hasta mi cuerpo
y besarte en los labios
con el amor que tengo.
Este amor que es tan simple
como todas las cosas importantes,
como el mismo universo donde nacen
las estrellas de las ilusiones
en los cielos de la vida.
lunes, 7 de junio de 2010
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2 comentarios:
mucha luz es lo que sentí, calidéz impregnada en tus palabras. Muy lindo! besos!
Me gusta darles calidez a los poemas, cierta cuota de inocencia y dulzura. A veces lo consigo, o creo que lo consigo... a veces no. Pero siempre escribo.
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