Puedes estar lejos,
en alguna parte imaginada
por mis pensamientos de la nada,
por las palabras que intentan
dar cuenta de tanta distancia.
Pero jamás estarás ausente
de mi vida, de sus horas,
de la clásica rutina que determina
la sucesión tranquila de semanas
hasta el final de mi días.
Eres parte de lo perdido,
pero presente en los sentidos,
en las interpretaciones de sueños
que tuve y tengo contigo, acaso
de semiología de locos un atisbo.
Un delirio silente que narra
esta historia que nunca escribo,
la de un amor que fue malo
y a su vez un tesoro que descubro
cada vez que miro el espacio vacío
de tus ojos infinitos.
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