En este día regresa
el invierno con su crudeza
las pocas hojas que quedan
caen desde sus árboles muertas;
las aves emigran muy lejos
donde reside la primavera.
Pero yo no tengo alas,
ni soy una hoja seca, persisto,
continuo vivo a pesar del frío
que cala en el alma, muy hondo,
hasta los pensamientos mismos.
Se congelan los recuerdos
en imágenes que nunca más miro,
salvo en las horas de la noche
cuando el sol está ausente
y eso parece que aviva fuerte
los momentos ya vividos.
Todo es pensamiento,
de noche ya no duermo, temo,
tengo miedo de encontrarte en sueños
con esa misma mirada que desnuda
con su dureza todos mis sentimientos.
La lluvia aparece desde el cielo
como queriendo lavar los recuerdos,
pero nada alcanza ya en mi mundo,
este mundo donde sólo el invierno
es la única estación que perdura
sin esperanzas de primaveras
ni veranos venideros.
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