Estabas en esa esquina
como esperando algún encuentro,
llovía y tu cuerpo empapado
temblaba con el viento.
Me miraste al pasar, sonriendo,
como quien espera hace tiempo,
como si ese fuera el día perfecto
para poder vernos.
Me acerqué en silencio
bajo un paraguas muy negro,
con mis dedos acaricié tu pelo,
los retiré de tu rostro incierto.
Quise abrazarte pero no pude,
una ráfaga de agua muy fría
hizo que cerrara mis ojos
con fuerza, nada veía.
Me quedé solo en esa esquina
quizás esperando algún encuentro,
bajo la lluvia, empapado y frío
como si fuera un espectro.
jueves, 24 de marzo de 2011
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