Quisiera ser ese recuerdo que guardas
como un sol que te ilumina el alma,
ser esa palabra que escuchas callada
porque las respuestas ya están dadas.
La suave caricia que te roza la cara,
aquel beso que tus labios acompaña,
ser para tus pensamientos la nostalgia
que te conmueve pero te da calma.
Ese calor en el cuerpo que llevas
en la sangre y nace desde el pecho;
con cada latido estaría presente
aún estando siempre tan lejos.
No haría falta partir a tu encuentro,
morir a este mundo para verte de nuevo,
olvidaría las lágrimas que me dejaste
como tu único testamento.
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