Simplemente soy yo quien escribe,
quien siente, quien intenta quererte,
quien aún pretende dejarte un mensaje
mediante sutiles poemas breves.
Sin esperar nada, más que tu silencio,
sin arribar a ningún puerto de ilusiones,
ni soñar con tu regreso; que las almas
se comuniquen a través de estos versos.
Como estrellas que se ven a lo lejos
cada una en su galaxia, su luz latiendo
como un código morse de pensamientos,
una sonrisa lejana como el tiempo.
Como el océano en cuyas olas
solitaria una botella con un mensaje
quizás recale en alguna costa amable
para descansar así de su viaje.
Soy quien de golondrinas se rodea,
para que sean emisarias en la distancia
que se impuso como una maldita trampa
a todas y cada una de mis esperanzas.
Lo sabes hace mucho a todo esto,
desde que nos dimos el primero beso,
que no soy otro tú, soy yo apenas
quien muere tras estos versos.
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