No mientas más y dime
lo que esconde tu mirada,
aunque sea una cruel daga
que desgarre mi alma.
Prefiero morir sabiendo
que no sientes más nada
a vivir engañado creyendo
que tu amor es magia.
Sacarme la venda terrible
de creerme contigo un futuro,
construir sueños y hundirme
luego en un pozo profundo.
Al menos ten el buen gesto
de reivindicarte de tus mentiras;
yo también habré aprendido
que nada es como quería.
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