El sol de tus cabellos
ilumina mis pensamientos;
como si fuera un día perfecto,
de esos buscados hace tiempo.
La luna de tu sonrisa
es esa leve luz que me guía
en las prístinas noches frías,
preludio de toda alegría.
Las mariposas de tus manos
vuelan en el cielo muy alto
de los deseos que nos unen
con su lógica inefable.
Como si el destino quisiera
al fin tener un gesto amable,
esta vez el amor tiene la fuerza
de tu piel muy suave.
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