El tiempo pasa
como agua que cae,
impetuosa y calma,
de una alta cascada.
Mueve así la rueda
del paso de los días.
esa ilusión extraña
de que se escapa la vida.
De que los años vuelan
sin ser notados todavía,
hasta que la edad nos golpea
con su extraña ironía.
Pero existe una constante
que jamás, nunca, varía;
es el amor en este mundo
que hace perpetua la dicha.
Superando la muerte misma,
quienes aman son eternos
que no conocen la finitud
en un universo sin cifras.
lunes, 3 de junio de 2013
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