Escucho tu voz
como un lejano retazo
de un tiempo perdido,
hace mucho, extraño.
Un libro mal escrito
que leo suspendido
del tiempo cristalino
que se cae a pedazos.
Cuales soles vespertinos
que de a poco se apagan,
dando paso a una noche
con toda su nostalgia.
Todos los días son eco
de esos días donde estabas;
si hasta me parece un sueño
esta realidad cotidiana.
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