Si miras el cielo
quizás veas el vuelo
de las aves cansadas
regresando en silencio.
A sus nidos pequeños
para descansar un tiempo,
dormir y que los sueños
las lleven muy lejos.
A ese lugar donde soñamos
alguna vez sería nuestro,
ese paraíso para nosotros,
ese lugar perfecto.
Ese pedazo del universo
donde nadie pueda negarnos
que el amor es todo nuestro,
como nuestro el mismo tiempo.
Pero por lo pronto dejamos
que nos separen los hechos;
creo que me quieres un poco,
sabes que te amo sin remedio.
Porque a pesar de todo
siempre en mi pecho reservo
un espacio para la belleza
de este gran anhelo.
lunes, 17 de junio de 2013
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