Este día es hermoso,
tiene ese cielo soñado;
las aves cantan lejanas
en sus árboles altos.
Las flores extrañas
aún duermen su letargo
en sus leves capullos
esperando el verano.
Pero el frío arrecia
con su furia siniestra,
deja desnudas las ramas
que parecen muertas.
Las calles desiertas
de gente y anécdotas
son las mágicas sendas
donde camino sin prisa.
Disfrutando de la brisa
fría que me acaricia,
me quita las fatigas
de mis noches perdidas.
Me llena el alma
de una extraña dicha,
porque todo es un sueño,
un anhelo que germina.
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