Te fuiste;
no recuerdo tus palabras,
ni el color de tu mirada,
ni el perfume que usabas.
Mi vida quedó quebrada,
como un limbo sin tiempo
donde nunca pasa nada,
más que la nostalgia.
A veces olvido las razones
y simplemente estoy triste,
sin ganas de seguir camino,
poco importa lo que existe.
Si supieras lo que siento
te hubieras ido lo mismo;
era inevitable tu partida,
estaba todo así escrito.
De este lado me quedo,
en el anverso del espejo,
donde soy el bosquejo
de quien nunca he sido.
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