No sé que decir,
como empezar este poema,
pero quedarme callado duele
más de lo que el silencio deja.
Las palabras son pocas;
creo que me falta cultura
para tener un léxico a la altura
de estas duras consecuencias.
Por eso doy tantas vueltas
en el teclado que me asusta,
escribo, borro constantemente
o me quedo sin letra alguna.
Porque siempre hay más,
mucho más para expresar
con una belleza poética,
como un ocaso de luna.
Pero nada consigo narrar
en estas frías penumbras,
en este laberinto extraño
de ideas oscuras.
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