Ahora eres ausencia,
una queja dormida,
distancia confundida
con la noche misma.
Una falsa sonrisa
en el espejo de los días,
de todos los recuerdos
de tu compañía.
Porque justo ahora,
en toda mi tristeza
comprendo de repente
que no eres aquella.
La misma que soñaba
con todas las estrellas,
la que me regalaba lunas
de besos y cerezas.
Conmigo caminabas
en esa misma senda,
de la vida que golpeaba
a veces con fuerza.
Mas te veo ahora
cual reflejo que no llega
a ser siquiera el bosquejo
de quien pensé eras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario