No seas el silencio que golpea,
ni la angustia que persevera,
o la luna que se encuentra
en esas noches inciertas.
No seas la palabra muerta
que cae lentamente del cielo,
como una hoja seca arrastrada
por los caprichos del viento.
Tampoco esa ausencia eterna
que acaba con el universo,
me deja en un limbo siniestro
donde nada nunca tengo.
Puedes ser, si quieres,
ese hermoso recuerdo que llevo
como un amuleto de la suerte,
la suerte que ya no poseo.
La mirada perdida a lo lejos
donde comienza el infinito,
donde se rompen las barreras
del espacio tiempo.
Mi leve compañía silente,
mi pequeño sueño más querido,
mis horas de breve dicha
donde aún no te has ido.
viernes, 13 de diciembre de 2013
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2 comentarios:
Hermoso poema Martín, muy interesante tu blog
:)
GRacias Romii!!! Por pasar, leer y comentar ^_^
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