No regreso al libro,
leído hace tiempo;
repaso sus capítulos
en hondo silencio.
Ni las sendas aquellas
que transité hace años;
esquivo esos caminos
con sumo cuidado.
Para no toparme
con sus ojos amados;
esa mirada me quiebra
el alma en pedazos.
Esa mirada me deja
siempre estancado
en esos universos
oscuros del pasado.
Por eso me niego
en mi tonta agonía
a ser quien olvida,
a ser olvidado.
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