No hablas,
permaneces callada
como una culpa
que carcome el alma.
Una nube lejana
de esas bien altas
donde ni las aves
en su vuelo alcanzan.
Un paisaje pintado
en un cuadro olvidado
quien sabe en qué museo
donde todo es nostalgia.
En mis sueños
me miras con esa calma
de quien sabe todo,
no espera nada.
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