Todo se recupera
con el sol cada mañana;
el día tiene esa magia
de ilusiones renovadas.
El paisaje es distinto
en las horas marcadas,
según el sutil ángulo
de la perspicaz mirada.
El pensamiento acaso
marque la diferencia
entre la normal rutina,
las nuevas respuestas.
Entre la insensata
sensación que golpea
de que nada cambia,
de que la vida es esa.
Por eso es cuestión
de pensar en otras metas;
todo a su tiempo llega,
todo se concreta.
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