No puedo dar tus pasos
de tormenta impetuosa;
huracán que todo arrasa,
la rutina, las cosas.
Me quedé en el tiempo
muy perdido del olvido
donde nada hace daño
pero ahoga el hastío.
Quise correr contigo
pero agotado he caído
de rodilla en el fango
de un camino extraño.
Me asusta el ocaso
de mi vida sin espacio;
las mañanas oscuras
de un eterno paso.
Pero parece ser eso
lo ya acostumbrado;
ya no soy quien anhelaba
podría ser para lograrlo.
Ya no soy nada de eso
que pensaba quizás era,
soy la sombra apenas
de todos mis fracasos.
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