¿De dónde es ese cielo
que de tus ojos nace?
¿De tu alma que reluce
como un sol amable?
¿De los tiempos aquellos
donde todo renace?
¿O acaso de tu belleza
incomparable?
Son misterios esos
que prefiero irrevelables.
Para seguir así viviendo
la mística de amarte.
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