No sé donde has ido,
donde estarás ahora,
acaso donde siempre,
donde no lloras.
En la luna distante,
en su reflejo de agua,
en las sombras errantes
de oscuras palabras.
En la cornisa infinita
del universo que sabes
encierra sus secretos,
tienes esa llave.
Tienes las respuestas
a todas mis preguntas;
toda incertidumbre
contigo se derrumba.
Por eso no admito
haberte dejado lejos,
allá donde el tiempo
pierde sus argumentos.
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