Me quedo sentada en el balcón
con los pies sobre la baranda
mirando los satélites que pasan,
imaginando estrellas fugaces
pidiendo deseos y añoranzas.
Vuelvo a esa lejana patria
donde puedo conseguir las sales,
donde soy extranjera y a la vez
parte misma de esa tierra amada,
soy distante pero ahí está mi alma.
Respiro la dulce brisa que llega
como una ráfaga leve de sueños,
de momentos que observo alto,
muy alto en mi piso secreto
donde soy quien digo.
Soy lo que pienso y siento,
viajera sin frontera ni tiempo,
poetisa de lunas quebradas
en álgidos mares, secos desiertos,
parte y alma de todo eso.
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