Deja de lado el río
con la calma de su costa,
aprecia conmigo el cielo
de un horizonte de notas.
Melodías muy antiguas,
de épocas muy remotas;
los mismos dioses fueron
creadores de sus estrofas.
Un coro de ángeles canta
desde lo alto sus arpegios,
como si todas las aves
cantaran desde el cielo.
Vuela conmigo muy alto
a los confines del universo,
en cada palabra, cada verso
seremos ambos eternos.
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