llévame contigo,
ahí, donde sea
el destino.
Sin flores,
ni campos ocres
de ese hermoso
delicado trigo.
Ni caminos
o huellas siquiera
para no perder la senda
de donde venimos.
Océano misterioso;
un barco mediocre
será el transporte
de tu nombre.
De mi nombre
borrado por el tiempo,
simple y triste remedo
de lo que fuimos.
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