Si bebes del olvido
no sabrás que hay otras fuentes,
para llenar cántaros vacíos
y llevarlos a donde quieres.
Hay fuentes de esperanza,
de resurrección, de mágicos caminos,
de comenzar de nuevo, nacer del fuego,
del fracaso mismo, darle sentido.
Como renace el fénix mismo, tenaz,
valiente aprende de sus errores
y el dolor es el antídoto amargo
para reconstruir el camino.
Que nada es cosa simple, el destino
puede ser en verdad muy retorcido,
es que existen albures aburridos
que hacen de nosotros las piezas
de sus juegos de mesa preferidos.
Pero no por eso somos esclavos,
de lo que señala ese extraño sino,
simplemente, aunque mucho cueste,
hay que beber de las calmas aguas
del perdón, de la paz que nos absuelve
en las penumbras del abismo
De ahí sólo queda ir hacia arriba
porque más abajo ya no se puede,
ya estamos en el fondo y debemos
subir la dura pendiente con aquellas
ganas que habíamos soñado dormidos
tantas veces que es ahora la fuerza
que nos elevará al infinito.
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