No tengo el verso
ni la rima perfecta que cifre
en sus palabras tu sonrisa.
La mítica inteligencia
que da, dicen, si se piensa,
esa fuerza superior que crea.
En mi caso es la ausencia
y sólo tengo unos argumentos
de mi repetitiva manera.
Unos cuantos poemas iguales
a tantos poemas quebrados
que nunca nadie tiene en cuenta.
Como si nunca escribiera,
como si jamás algo sintiera,
Casandra sin presagios ni rimas.
Destino de no ser comprendido
es que el mío en mi suerte,
acaso mis palabras sean inertes
como el amor que sientes.
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