Debo soltar el recuerdo,
comenzar a vivir en este tiempo,
muy liviano emprender el vuelo
hasta nuevos y lejanos cielos.
Más alto, más arriba de mis sueños
que ya son la secuela repetitiva
de todos esos oscuros pensamientos
que me mantienen en este desierto.
Tu mirada aún veo cuando cierro
mis ojos con fuerza ante los hechos,
ante todo lo vivido que se borra
poco a poco con el paso el tiempo.
Pero siempre persiste tenaz la memoria
en mis poemas que nunca más te nombran,
en esas ganas de quebrar el destino
este sortilegio nefasto que me toca.
martes, 4 de enero de 2011
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