No te llevaste la alegría,
pero tampoco la tristeza.
Ni la luna, ni las estrellas;
tampoco el ocaso de los días
que nunca más regresan.
Las palabras de mis poemas,
el silencio de tu mirada fría,
el espacio vacío que dejas.
Los recuerdos de la melancolía
donde fingen ser siempre mejores
que todo lo que pasa en esta vida.
No mataste las flores pequeñas
de la ilusión siempre resuelta
a darme el valor necesario
para no morir sin descubrir acaso
cosas que desde siempre sepa.
martes, 18 de enero de 2011
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2 comentarios:
Pues es una lástima que no te lean ,o dejen constancia de ello porque escribir poesía, sabes y con una sensibilidad especial.
Un saludo afectuoso
Muchas gracias por tu paso y tus palabras
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