Este nudo en la garganta,
de emociones pasadas,
ahoga sin piedad mis ilusiones
y ya no sueño más nada.
Voy por la vida como ciego,
sin ver el sol, mi reflejo;
sin alegría, sólo el sentimiento
de un vacío hondo en el pecho.
Ante los demás nada expreso,
soy una pared de simpatía
que sonríe con cortesía
cual un vacío muñeco.
Pero a veces encuentro
alguna estrella dormida
en esos remotos cielos,
ese lado oscuro del universo.
Donde nadie nunca mira
veo soles con sus planetas,
con sus lunas y su rutina
de órbitas elípticas.
Alla vuelan mis pensamientos
como gaviotas que emigran
en busca de horizontes perfectos,
ocasos donde el sol pinta el cielo.
Soy feliz, o eso creo, imaginando
esos lejanos sistemas solares,
con cada lujo de pequeño detalle
cual dios creando mundos nuevos.
Pero la realidad está presente
en este mismo lugar donde me quiebro,
con esta edad y estos fracasos;
soy esto que ves, nada más tengo.
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