Esta sensación de tristeza,
de vacío que ciego me deja,
no veo la luna, ni las estrellas
en medio de la noche perversa.
Mis pasos son hacia la nada
más absoluta que se pueda
en el medio absurdo y necio
de tantas ideas obsoletas.
Es lo único que queda,
seguir la senda acaso directa
a la misma desidia y locura
que deja tanta ausencia.
No hay caminos hacia los dioses,
ninguno de los poetas estamos cerca;
de eso se escribe mucho y siempre queda
esa sensación de que nada se deja.
Porque cuando el amor que se expresa
es un invento de versos y letras
notamos que existe siempre,
con la verdad, esa gran diferencia.
Por eso no alcanzan los poemas,
ni todo lo que escriba, a calmar un poco
esa sensación de vacío en el alma
que en un todo sin sentido se refleja.
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