La ventana abierta
hacía un cielo oscuro,
la luna sutil se cuela
en la penumbra eterna.
No hay emociones,
ni pesares, ni alegrías,
el tiempo es alternativa
a la nada misma.
Una flor marchita
refleja su silueta
en las parades viejas
de una casa vacía.
Me paro en la puerta
pues esa es la salida,
pero me quedo siempre
soy un alma sin vida.
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