No soy esto que ves,
lo que los años dañan,
tengo más en el alma,
en mis manos cerradas.
En mis palabras todas,
las que recito silente
cuando puedo al alba
cual canto celeste.
Para que las aves
lleven en sus trinos,
un poco del sentido
que he perdido.
No hay distancias,
ni tiempo que pase
si se tiene una luz
que sea brillante.
Somos más siempre
que un momento apenas,
como una gran cadena
de increíbles sutilezas.
Nos vamos uniendo
en cada milagro diario
de ser distintos acaso
a lo simple y cotidiano.
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