No busco nada
más que la noche
con sus estrellas,
la luna doliente
que calla y observa.
La sombra pasajera
de las lejanas nubes
de alguna tormenta
perdida en la quimera
del clima allá afuera.
Tu nombre guardado
entre tantas palabras
se hace ahora nostalgia,
una muy pesada carga
que ahoga, acompaña.
Cierro fuerte los ojos
que ya no ven más nada
que tu sonrisa dibujada
en los destellos leves
de mi alma quebrada.
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