Tengo esperanza del olvido
que de alguna manera espera;
de la memoria que perdura
a pesar de las dictaduras
oscuras que nos gobiernan.
Es la juventud que piensa
que construye sus ideas
sin todos los vacíos dilemas
donde nos enredamos los viejos
defendiendo causas ajenas.
No vemos jamás la perversa
tela tan macabra que maneja
todo lo que se dice, habla y calla,
que señala con el dedo infame
lo que es bueno y lo que falla.
Nos apegamos a conceptos
fosilizados en la dura piedra
del dogma indiscutible
que se copia, repite y pega
cual karma de almas huecas.
Pero veo el camino,
en el horizonte muy difuso
como una luz que reluce,
una sonrisa que no se quiebra
de sueños y alas eternas.
Aunque duras sean las pruebas,
nos maten con sus cañones,
serán las frescas generaciones
los tan preciados bastiones
de una sociedad nueva.
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