A veces la verdad
es solamente silencio.
Dejar de hablar alcanza
para que podamos
comprendernos.
Llegar a ese punto
donde es tácito
el consenso.
Nada más que eso
nos permite caminar
oscuros senderos.
Luz de la razón,
cuestiones inherentes
a los sentimientos.
Tus manos suaves
acariciando el viento.
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