No estás conmigo esta semana
y siento que el tiempo es una trampa
que ahoga lentamente y no queda nada
más que esperar que el destino
decida que es suficiente la nostalgia.
Que la noche se termina para que el sol
se haga en el cielo una luminaria
que borre las tinieblas de la casa,
la misma que no he visitado hace mucho,
la misma a la cual me mudaré mañana.
Con las maletas cargadas de palabras,
en hojas blancas repletas de letras
que intentan dar forma a un poema,
que pretenden contar una historia
que nadie alguna vez cuenta.
viernes, 10 de octubre de 2008
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