Podría decir que he muerto
en las horas perdidas de un tiempo
que ha quedado muy lejos.
Pero la vida continúa en mi cuerpo;
el alma busca la luz siempre diáfana
de los días venideros.
De tu compañía que siempre anhelo,
de tu amor que me ha dado alas
y con ellas vuelo a tu encuentro.
Como el ave que regresa al nido
para reposar en silencio,
vuelvo cada día contigo
en todos mis sueños.
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